17/09/2014
Bebíamos del despecho las copas, riendo a carcajadas del destino,
pobres nosotros que no sabíamos el vaivén de las olas
que jugaban con tu pelo, como ver correr el vino.
Embriagados nuestros ojos, despertares inconclusos,
de mañanas que no terminan, de deseos que nunca acaban.
De ese Yo insatisfecho de un lirismo incoherente
incandescente tu mente que toca mis vertiginosos hilos.
Tu, yo, protagonistas secundaríos, y una obra digna
de un director derrotista. Quién olvidó meter guiones,
quién no corrigió renglones, y se bebió la sangría
que manaba de las pocas razones,
aquellas que no podíamos darnos.
Como ver correr el vino, con los parpados inundados
como ver correr las olas, que escaparon por tu manos.
Los abrazos que nunca dimos, los besos que no guardamos.
Los brazos que no agarramos, los adioses que sobraron
y que hoy por hoy... de poco nos han servido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario