lunes, 11 de julio de 2016

Bienvenido a la República en la que todo vale.


          El caso es que no sé muy bien por dónde empezar. Normalmente para quedar bien se suele iniciar un texto con alguna frase célebre de algún escritor meritorio, así al menos parecemos más inteligentes o más cultos. Pero yo no he venido aquí a demostrar nada a nadie, tal vez a mi misma, aunque dudo que vaya a obtener algo en claro. Más que nada porque nunca saco nada en claro - ya lo iréis viendo- y el hecho de plasmar las ideas que rondan en mi cabeza puede que ayude a ordenar ese desorden que tengo dentro.

Por eso, creo que estoy aquí, sí. Ha llegado un momento en mi vida en que creo necesario escribir en algún sitio todo lo que llevo escribiendo, y lo que se me va ocurriendo día a día y que muchas veces dejo pasar. Bukowski confesaba "Mi ambición está limitada por mi pereza", podría decirse que algo así me pasa a mí. Ambiciono demasiado, sueño muy alto y quiero correr veloz demasiado rápido. Pero nunca hago nada por dónde. Mi cabeza está llena de letras, pensamientos y opiniones, pero la pereza, y el miedo, miedo a abrirme en canal y mostrar mi alma, no me dejan del todo dar a conocer lo que siento. 

Me presento, para no parecer descortés con quien puede que algún día, por desgracia o por fortuna, me lea. Actualmente tengo 22 años, recientemente me he graduado en Filología Hispánica por la Universidad de Valladolid, y mi vida gira en torno a tres lugares, Cantabria, Valladolid y Rio de Janeiro, tres casas para un solo corazón. Esto no quiere decir que tenga un gran corazón, solo que tengo un corazón que quiere mucho. Y hasta aquí puedo decir. El presente es lo que sé, aunque tengo un pasado y un futuro que se entrecruzan en el camino de una frustración que ya me viene de años. No sé a dónde voy, muchas veces no sé quien soy, y siempre estoy pretendiendo reencontrarme. Me gusta darme de bruces, caerme y regodearme de haberme caído, porque de ahí mismo es de dónde tiro para poder crear ese 'algo'. Confío en que todos estamos hechos de la misma pasta, y que tenemos los mismos interrogantes. Valoro la palabra por encima de todo. Incluso solemos discutir continuamente, y no pocas veces me he pegado con la pantalla para conseguir dominarla. Se podría decir que por eso estudio Filología, porque para mí, la palabra es el detalle que da sentido a la vida, el génesis de nuestro mundo.

Aparte de ese deseo incontrolable de trabajar en la pequeña y empobrecida industria de la literatura, busco el perfeccionamiento de una escritura en pañales. Digo y diré siempre que una de las metas que tengo en la vida es la de que mis letras suenen como una Bossa Nova. Con esa pasión de quien hace el amor. Al mismo tiempo, valoro el ritmo, la musicalidad, la filosofía, la mente, el arte, la ontología, y bueno... todas esas cosas que al parecer, no llevan a ninguna parte. 

Creo que estoy escribiendo demasiado. Uno de mis pecados es querer decirlo todo, pero confío en que lo que iréis leyendo os desvele todo aquello que me falta por decir. Y lo espero encarecidamente, porque otra de las razones por las que estoy aquí es para reflejarme, verme y así no perderme, y para que alguno de vosotros, en algún momento, pueda identificarse también con lo que escribo. 

Un abrazo para ese individuo invisible, para ti.

Sandra.