viernes, 1 de diciembre de 2017

La elipse



"En tus manos está el espejo del mundo
ese que todos ven y en cuyo reflejo desearías verte 
cuando todo el mundo te mira.
Líneas horizontales se desdibujan en tus ojos,
esos que se difuminan en el purpúreo mirar 
de una mano que escondida, yace.

¿Es que no te cansas nunca de pintar, 
trémulos labios que, distraídos,
giran sobre sí mismos,
una y otra vez?..."





                  Existen cuestiones que nunca podrán resolverse, ni siquiera en esos vagos intentos de contar historias fragmentarias, imaginadas. Suele ocurrir que nos decantamos por hacer hipótesis que no llevarán a ningún sitio, y en donde estamos dispuestos a desgajarnos de esa parte que se llama verdad, la verdad del otro que nunca podremos llegar a adivinar por la situación en la que nos encontramos. Es sencillo. Fuimos concebidos para crear mundos en donde estamos solos, y por supuesto, el de enfrente, el ajeno. 

Pintalabios, espejo múltiple... la imagen condenada a sustraerse. Los enumero. Sigo contando los segundos que me faltan para llegar a mi parada. Enfrente, el libro plegado y el espejo múltiple, tan transparente, tan opaco, dando girones en un espacio contingente.
Tú seguías observando en un intento de encontrarte, pero yo no estuve ahí para verlo.
A día de hoy continuo imaginándote ahí fuera, sola, incompleta, dispuesta a que alguien vaya y te saque de ese vagón que no deja de dar vueltas. 




 "...Es hora de que cojas tu bolso, 
y te marches muy lejos.


No seré yo, quien engrose tu espejo múltiple,
ese que habla de marismas
en un mundo que se quiebra.
Y en donde el aleteo de un pájaro,
es un vagabundo sin rumbo". 



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