jueves, 1 de diciembre de 2016

Leyendo a Houellebecq


El té, el cenicero medio vacío, el pintalabios
Las promesas de no volver a fumar un cigarrillo
Todo se esfuma, ¿cómo todo?
La contradicción y la rebeldía de un carmesí que olvida
Todo aquello por lo que algún día uno lucha.

Leo a Houellebecq y por un momento pienso
Que haberme visto reflejado en esa altanería enmascarada
Podía haber sido una hazaña, un guiño del destino
Que dice que aún queda tiempo para estar solos
Que no hay tanta prisa por sufrir, por flagelarse
Por degustarse en esta horrible maraña de la vida. 

Me siento desdichado, Houellebecq, como tú,
Tan solo en un mundo repleto de niños
Que se han quedado sin nada que succionar. 

El jueves pasado experimentaba una nulidad existencial
Mientras un completo desconocido se escurría por la puerta
Como un perro apaleado sin saber a fin de qué.
Por suerte pude salvar algo de lo que pienso que me queda,
Aunque desgraciadamente apenas queda nada que guardar.
Unos pocos problemas, un aguijón que no cesa,
Que no quiero que cese. 

Aguardar, sí, a que la bestia despierte del letargo de aquel,
Que se ha visto sumido en el vacío del limbo,
Algo puramente individual, carente de sentido. 

El pintalabios se desparrama por la carne, y ya
No queda nada que divisar al horizonte,
A través de la ventana que absorto uno mira
Por si ve a alguien interesante deambular.
Un 7º piso y tantas caras que flotan, 
No puede ser normal, 

            no lo es. 

La edad en la que uno permanece absorto mirando
Como si supiese de qué va el mundo 
Y aún no ha recorrido ni la mitad.
La experiencia fundida en un milisegundo
Antes de darse cuenta de que queda mucho trecho por cruzar.

La soledad se vuelve más palpable y enérgica que nunca,
Se expande y te engulle,
Sabes que este es el principio de un final que no llega.
Que aún no llega.
Y esa es la peor sensación.
La del pintalabios, el té, el cigarro a medio acabar
Y una garganta que clama en silencio.

Ha sido suficiente por hoy. Es jueves por la noche,
Sobrevivo a la semana, pero no olvido. 
Tengo la sensación de que yo también me escurrí por la puerta
Y tuve la oportunidad de volver, 

         para no ser el mismo.  



- Desconocido, Poetas que aspiran a inspirar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario